CONSEJO:
Cada vez que friegas los platos, limpias la verdura y te aclaras las manos, toda esa agua se desperdicia. Adopta la costumbre de colocar un recipiente en el fregadero. Siempre que no haya detergente en el agua, puedes echársela a las plantas. El agua sucia es tan buena como el agua limpia; las plantas no son tan exigentes con el agua como nosotros.
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