El mango es una de esas frutas con parte carnosa por fuera y una semilla de considerable tamaño en su interior. Existen muchos tipos de mango que varían tanto en color, sabor, forma e incluso en el tamaño de la semilla.
Gracias a su sabor dulce y cremoso es una de las frutas más consumidas en el mundo. Además, contiene más de 20 vitaminas y minerales.
Degeneración macular asociada a la edad: El antioxidante Zeaxantina que se encuentra en el mango, filtra los rayos de luz azul dañina, y se cree que desempeña un papel protector en la salud de los ojos.
Prevención del asma: Los riesgos para el desarrollo de asma son más bajos en las personas que consumen una gran cantidad de ciertos nutrientes. Uno de estos nutrientes es el beta-caroteno, que se encuentra en el mango.
Cáncer: Las dietas ricas en beta-caroteno también puede desempeñar un papel protector contra el cáncer de próstata, y se ha demostrado que tiene una relación inversa con el desarrollo de cáncer de colon.
Salud ósea: El consumo adecuado de vitamina K, presente también en el mango, es importante para mejorar la absorción de calcio esencial para nuestros huesos.
Diabetes: Diversos estudios han demostrado que las personas con diabetes tipo 1 que siguen una dieta alta en fibra tienen niveles de glucosa más bajos, y las personas con diabetes tipo 2 mejoran sus niveles de azúcar en la sangre, los lípidos y los niveles de insulina.
Digestión: Debido a su contenido en fibra y agua, el mango ayuda a prevenir el estreñimiento y a promover la regularidad.
Enfermedades del corazón: La fibra, el potasio y el contenido de vitaminas que contienen los mangos, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares.
Piel y pelo: Los mangos también son grandes aliados para el cabello, ya que contienen vitamina A, un nutriente necesario para la producción del sebo que mantiene el cabello hidratado. La vitamina A también es necesaria para el crecimiento de todos los tejidos corporales, incluyendo la piel y el cabello.
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