CONSEJO:
Dedica muchos cuidados a tus hierbas para que estén siempre sanas y suculentas. Cuanto más te sirvas de ellas, más brotes frescos te darán. Y cuanto antes descubras posibles problemas, antes podrás solucionarlos o mitigarlos. Por ejemplo, quitando las hojas que se haya marchitado o podrido. Si te parece que las plantas tienen un aspecto poco vital, riégalas con un chorro de fertilizante líquido.
A las hierbas les encanta el sol, siempre que reciban agua suficiente. Asegúrate de airear la habitación dos o tres veces al día para que la temperatura no suba demasiado, sobre todo en verano. De lo contrario, ten por seguro que cuando vuelvas del trabajo te encontrarás tus plantas más delicadas totalmente desfallecidas. No es el sol lo que daña a las plantas, sino el calor. Que sean las plantas más robustas ( laurel, tomillo, romero) las que quedan más cerca de la ventana. Así darán sombra a las más delicadas ( perifollo, eneldo, albahaca) sino puedes airear la habitación, tampoco es mala idea pasar las hierbas a otra ventana durante los meses del verano, de modo que no reciban directamente el sol del mediodía.
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